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Hola a todos:

Este blog tratará de mí con todo lo que eso significa: anécdotas de mi mundo, algunos escritos (poemas y cuentos), mis sueños o lo que me interese, acompañados, algunas veces, de alguna pintura mía. Escribiré, hasta que, como dice el subtítulo del blog, llegue el día.

viernes, 26 de febrero de 2010

Cuerpo

Hasta qué punto uno debe hacerle caso a las necesidades del cuerpo, ¿debemos acostumbrarlo a satisfacerlo siempre que nos pida algo: un sabor, un olor o una sensación? Quizás lo preferible sea, siempre que se pueda, obedecer al cuerpo y todos sus instintos o, como otros suelen decir, negarlo y castigarlo para que poco a poco nos alejemos de lo material.

Una comida sabrosa o mejor, una simple y deliciosa fruta, el litchi(para los que han tenido la suerte de probarlo); un embriagante olor, aroma a flores o el café caliente (para los que tienen la mala suerte de no poder tomarlo y se deben conformar con olerlo); mirar un bello cuadro o escuchar una excelente sinfonía (aunque quizás sea peticiones del alma) o, sencillamente encerrarte en tu habitación y masturbarte. ¿Qué es más sublime, ir con el cuerpo o en contra?

Escucho varias teorías, a favor y en contra, todas parecen tener buenos argumentos. ¿A qué le debo hacer caso? Sé que el espíritu es más importante, pero eso quiere decir detestar mi cuerpo. No lo sé. Eso del camino medio es algo ambiguo, lo entiendo y lo practico, pero sé que muchos no lo ven como yo.

En mi experiencia algo me ayuda a entender, mientras más niego el cuerpo creo que mi espíritu me llena más y más, me aleja de lo material y me hace volar hasta lo más divino. Cuando el cuerpo es el que me domina, el mundo me atrapa y me contamina, tanto que contagia a mi alma volviéndola cada vez más material, es terrible.

No soy vegetariana de nacimiento, pero desde que lo soy una teoría llegó a mí como si se tratara de una revelación: los hombres a lo largo de la historia, comiendo carne desde siempre, fueron hundiéndose en lo más profundo de su naturaleza de bestia, la carne los atrapó; ahora me siento más ligera y siento como si mi alma quisiera dejarme y acercarse nuevamente a Dios.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Y porque no habriamos de abandonarnos a los placeres que nos demanda el cuerpo?? si para eso es nuestro y mientras sean "placeres" los que le demos, pues bien "venidas" ( Literal ) esas olas de placer.
¿ Yo? me consiento demasiado y... no me arrepiento.
besos dulces.

Princesa Beatriz Almeida dijo...

Extraordinario comentario, me gustó mucho.
Pienso lo mismo que tú, pero planteo esa pregunta, porque, quizás, y eso solo un quizás, si nos separamos del cuerpo lo más posible, podríamos acercarnos a los "placeres" espirituales. Posiblemente (posiblemente), el cuerpo nos ata más a este mundo y nos aleja del superior.
Recuerda: Es solo un quizás.

L dijo...

me encanta lo que estoy leyendo
y esa foto le da un cierre ideal.
saludos

Verónica dijo...

Depende de la persona y el deseo que tenga... dicen que cada uno hace de su cuerpo lo que desea, no????

besotes de esta peke.

pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe caliente, siempre que quieras...

( Por debajo de la piel ) dijo...

Wooow tocas un tema que amo amo amo, siempre he de estar escribiendo en mi blog acerca de la eterna pelea entre razón y cuerpo. Creo que lo mejor sería hacer un balance de los dos, y lo que escribes es totalmente cierto, cada vez que renunciamos a un placer nos acercamos a algo celestial que quién sabe si nos hubiese dado el placer moentáneo al que renunciamos, así que vale la pena.
Yo también creo en la grandeza del espíritu y en cómo la podemos alimentar, pero creo que si nos privamos de más, podemos caer en un aturdimiento y en una opresión de lo que somos u.u
No lo sé, creo que, en conclusión, lo mejor es ver las consecuencias de nuestros actos y si éstas no afectan a alguien (siquiera a nosotros), no habría porqué negarnos a ser un poquito más del cuerpo n.n
Un abrazo enorme, por aquí andaré de vuelta ;)

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