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Hola a todos:

Este blog tratará de mí con todo lo que eso significa: anécdotas de mi mundo, algunos escritos (poemas y cuentos), mis sueños o lo que me interese, acompañados, algunas veces, de alguna pintura mía. Escribiré, hasta que, como dice el subtítulo del blog, llegue el día.

domingo, 21 de febrero de 2010

Vacío

Cuentan algunos que los camellos, luego que se les coloca mucho peso encima, se levantan cuando se dan cuenta que ya no pueden cargar más peso, es decir, ellos saben por naturaleza cuánto peso pueden cargar para no agotarse durante todo el recorrido y que cualquier peso extra destrozaría sus lomos. Dicen que las personas son parecidas a los camellos, ellos tampoco pueden cargar más de lo que deben, aunque no lo saben.

Los que los crían saben bien que no deben colocar más peso en el camello una vez que empieza a levantarse, del mismo modo y con bastante más razón, la divinidad, llámese como cada uno quiera, sabe cuánto es la carga que se debe poner en cada persona, nunca la excede; si en algunos la prueba es mayor, entonces su espalda es más dura y fuerte, como en Job, una prueba extrema para un hombre paciente y de mucha fe.

Si se supone que a nadie se le da más de lo que puede cargar, entonces, ¿deberíamos quejarnos de nuestros pesares?..., pero, ¿saben una cosa?, yo sí me quejo y mucho.

Yo llevo también una carga, es una carga realmente extraña, porque no tiene peso. Quizás no es exactamente una carga, posiblemente no me hayan entregado nada.

Voy a intentar explicarme mejor (eso espero): La Ley ha decidido entregar a todos una cruz para sus vidas, el peso depende de la edad y de cada persona, no a todos se le da lo máximo que pueden cargar, pero sí a todos se les da algo que cargar. Pero en mí ocurre algo, hasta el momento, en mi vida, no se me ha dado ningún peso. La divinidad se olvidó de mí por completo.

Hago memoria y examino mi vida, nada de lo que me ha pasado puedo llamar realmente un pesar, son simples problemas menores. Sin embargo, como dije, tengo una carga, mas esta no tiene peso, ¿y eso me afecta?, sí, en realidad, porque no me permite recorrer el camino.

Releo lo que escribo y no consigo explicarme. Lo intentaré una última vez: creo que los que tienen una carga aprenden de la vida y a la fuerza (aunque algunos siempre son ciegos) ven el camino delante de ellos, cada parte de sus vidas les permite avanzar por un camino que cada vez es más hostil, si ven que la solución o la tranquilidad no está por tal lado que eligieron, cambian el rumbo hasta que atinan y consiguen la calma, hasta poder alcanzar aquello por lo que existen; en cambio, los que no tienen una carga o una carga sin peso son los olvidados, sin el peso encima que les permita mantenerse en el camino comienzan a flotar y volar hasta que no ven nada del recorrido, y siguen flotando sin poder evitarlo hasta que muy en lo alto se dan cuenta que están solos y sufren (he ahí el porqué que sigue siendo una carga), entonces, allá en los aires, completamente solos, se dan cuenta que no tienen una misión y que no son nada, y siguen flotando, hasta que encuentran una salida, la única, la muerte.

2 comentarios:

Barandán dijo...

El simbolismo del "camello" es, como todo símbolo, algo ambiguo, querida Beatriz.

Nietzsche, en las transformaciones del espíritu (Así habló Zaratustra) ya nos ofrece al espíritu, presentándonoslo como un "camello" que carga con los valores ajenos. Se produce una metamorfosis y el "camello" de Zaratustra pasa a ser león, y de león deviene a niño.

Por otro lado, si el "camello" es entendido como ese animal dispuesto a cargar con el peso ajeno, también en el "camello" se da cita un inquietante significado: el camello como símbolo de las fuerzas negativas.

Los judíos dejaron escrito en el "Zóhar" que la "serpiente" del Edén era una especie de "camello volátil". También los persas afirman algo parecido en el "Avesta". Camello, dragón y serpiente alada están relacionados en la tradición sapiencial de los pueblos más antiguos.

Creo que todo el mundo tiene una misión. El dolor puede ayudar a descubrirla, cuando se toma en serio y de modo constructivo.

En definitiva: el dolor es algo que repele, pero por el dolor sabemos quiénes somos.

Saludos.

Princesa Beatriz Almeida dijo...

Muy instructivo como siempre Maestro Gelimer.
Tienes razón con respecto a la ambigüedad del símbolo del camello, Nietzsche ya lo usaba al igual que en el Zóhar, incluso es un símbolo Evangélico; pero como has podido darte cuenta, mi intención es usarlo a mi estilo.
Gracias por tu comentario.

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